En España se producen al año más de un centenar de accidentes con víctimas, y casi 4.000 al año con daños materiales, motivados por el atropello de un perro o un gato en vías interurbanas.
El RACE y Royal Canin presentan el informe “2021 Animales de compañía y Seguridad Vial”, en el que se comparten datos que reflejan cómo los españoles plantean la seguridad de sus mascotas a la hora de viajar. Además, este informe recoge también consejos para garantizar el bienestar de las mascotas durante los viajes, detalles de la legislación vigente, y la incidencia de los animales en los accidentes. Esta campaña forma parte del compromiso de RACE de colaborar para la mejora de las prácticas de tenencia responsable de los animales de compañía, firmado con el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 un "Plan de actuaciones para la tenencia responsable de animales de compañía".
El riesgo de llevar a tu mascota suelta
Cuando un coche va circulando a una velocidad de 50 km/h, los ocupantes y los objetos que van dentro del vehículo se mueven también a la misma velocidad en el caso de impacto. Así, en caso de colisión, ni los objetos, ni los animales ni las personas cambian su masa, ni la gravedad cambia su valor, por lo que no cambia el peso de ninguno de los ocupantes de un vehículo. Cuando un vehículo frena bruscamente o sufre una colisión, los pasajeros o los elementos que viajan sueltos en su interior tienden a mantener la velocidad que llevaban en los instantes previos al frenazo o colisión (no aceleran, sino que siguen a la misma velocidad).
En el caso de un choque frontal a unos 50 kilómetros por hora, las mascotas sin retención podrán producir altas cargas de impacto, ejerciendo fuerzas equivalentes a multiplicar hasta por 35 veces su peso (que, como hemos dicho, no varía). Esto significa que un perro de 20 kg de peso tendrá una carga de impacto que superará la media tonelada, lo cual es una carga adicional para los pasajeros del vehículo y puede reducir o anular la protección de sistemas de seguridad, como asientos, cinturones de seguridad o airbags.
La opinión de los conductores
Cada vez más familias incorporan un animal de compañía en su vida. El número de hogares que tienen una mascota aumenta, y también los desplazamientos. Para saber más de los hábitos de estos usuarios el RACE ha realizado una encuesta a 1.400 dueños de mascotas. Entre las principales conclusiones, que el 47% de los dueños cree que la legislación no es clara a la hora de llevar a los animales en los desplazamientos, lo que puede generar dudas y riesgos a la hora de colocar o sujetar a nuestra mascota dentro del vehículo. No hay que olvidar que la norma no especifica el sistema que debemos utilizar con nuestra mascota, tan solo que no debe interferir con el conductor. A tres de cada cuatro conductores les preocupa llevar a su mascota sin retención por el peligro que puede suponer para el resto de los ocupantes, seguido por el riesgo que corre el propio animal de sufrir daños (un 67%) y en tercer lugar, por la posibilidad de ser sancionado por un agente de tráfico (50%).
¿Qué sistemas de retención prefieren?
Aunque las opciones son varias, destaca entre todas el uso de los arneses con un solo enganche, seguido de los arneses con doble anclaje, y en tercer lugar los transportines retenidos por el cinturón del vehículo. Le siguen las barras/redes separadoras y los transportines ubicados en el maletero y en el suelo, entre los asientos.
Viaje y paradas
Los dueños de las mascotas sí tienen en cuenta las necesidades de los animales en sus desplazamiento. O al menos para el 57% de los conductores que hace su descanso en zonas especiales para sus mascotas, permitiendo que puedan estirar las patas y beber agua con seguridad. Uno de cada cuatro solo lo hace en viajes muy largos, y un 15% reconoce que no piensa en la mascota cuando para, siendo indiferente esta situación.
Los riesgos durante el viaje
El 4% de los conductores que viajaban con una mascota reconoció que, en el momento de hacer la parada de descanso, perdieron el control del animal o se les escapó, lo que en un 1% provocó una situación de peligro (reconocido por el dueño). Se preguntó si los encuestados habían sufrido o habían sido testigos de un atropello de un perro o un gato (en general), la respuesta fue que el 12% de los conductores había sufrido en primera persona el atropello de estos animales, y un 23% había presenciado esta situación. Incluso un 7% reconocía haber vivido las dos situaciones, la de ver y sufrir el atropello de un perro o un gato.
¿Cómo actúan los usuarios ante una situación así? Pues el 39% avisó a las autoridades de la situación; un 21% de los encuestados no hizo nada, sencillamente siguió su trayecto, y solo un 6% se detuvo para apartar al animal atropellado de la vía.